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  • Celi Bee

    Hace 40 años, 1977, Celinés cambió drásticamente su imagen de popular figura de La Nueva Ola boricua para convertirse en Celi Bee, estrella internacional de la “música disco”. Considero que entre las cantantes puertorriqueñas que han cimentado cartel estelar a nivel internacional, sólo tres pueden ufanarse de ‒ por lo menos durante determinadas etapas ‒ haber disfrutado de fama mundial, triunfando tanto ante los públicos hispanos, como ante los anglosajones, europeos y asiáticos. Estas son Irene Cara, Celi Bee y, muy especialmente, Jennifer López «JLo», quien hasta el día de hoy permanence sólida en la “cresta de la ola”. Las carreras de otras triunfadoras, como Virginia López, Lucecita Benítez, Ednita Nazario, Yolandita Monge, Sophy y Olga Tañón, se han circunscrito a las audiencias hispanas aunque, alguna que otra vez, se hayan presentado ante públicos de otros orígenes. El caso que ahora nos ocupa es el de Celi Bee, que considero muy interesante. Bautizada con el nombre Célida Inés Camacho Medina, hija de arecibeños y nacida en Brooklyn, Nueva York, el 10 de mayo de 1950 ‒ dentro de par de meses cumplirá 67 años ‒, hizo sus pinitos artísticos cantando rancheras y boleros en los teatros hispanos de la Gran Urbe siendo muy niña. En Puerto Rico, emprendió formalmente su trayectoria profesional siendo quinceañera afiliándose al movimiento de La Nueva Ola, que entonces comenzaba a gestarse. Su nombre cobró fuerza a partir de 1965 cuando su grabación de Quiéreme (de Salvador Rosa, hijo), a dúo con Papo Román, llegó a la radio. Ese tema aparecería en su primer álbum, ¡A vivir! ¡A gozar! con Celinés y Papo Román / La Nueva Ola (Borinquen, DG-1021), editado en 1966. Bajo el nombre de Celinés alcanzó cierto nivel de popularidad gracias a sus participaciones permanentes en la sección La Nueva Ola que Marianito Artau animaba como parte del bloque de El show del mediodía, producido por Tommy Muñiz en WAPA TV / Canal 4. Sinembargo, por no haber sido incorporada al Club del Clan creado por el visionario e influyente Alfred D. Herger, que mantenía su sede en El show de las 12, en Telemundo / Canal 2, al igual que otras juveniles vocalistas muy talentosas, como Glorivee, Rosita Rodríguez, Omayra yGriselle Ríos, su carrera se desarrolló a la sombra de Lucecita e, incluso, de Lissette Álvarez. Aun así, todas ellas lograron granjearse fanaticada. A fines de los ‘60, nuestra reseñada formó dueto con quien fuera su esposo y productor musical, Pepe Luis Soto, con un éxito, digamos, discreto. Durante la época en que los festivales se pusieron de moda, ella resultó ganadora del Primer Premio en el Primer Festival de la Voz y la Canción de Puerto Rico celebrado en el Cinema 4, en Guaynabo, entre el 17 y el 19 de noviembre de 1972, interpretando la balada Yo quiero un pincel, compuesta por Pepe Luis. Sin embargo, su nombre aún no trascendía de la geografía nacional. La suerte le brindaría su mejor sonrisa a partir de 1977, cinco años después de esfumado el revoltoso movimiento nuevaolero y cuando ya nos arropaba la fiebre discotequera (“disco music” o “hustle”). Pepe Luis la subió a aquel cohete que la condujo a la Gloria. El proceso implicó un cambio total de imagen, comenzando por el de nombre. Así que del hispanísimoCelinés pasó al anglosajón Celi Bee. Adoptó un peinado masculino y una vestimenta nada conservadora y semejante a las características de las estrellas pop europeas. Y, en lo sucesivo, sólo cantaría en inglés. Esta vez, el soñado éxito contundente no se le hizo de rogar. Del primer álbum lanzado durante esta segunda etapa de su carrera, Celi Bee & The Buzzy Bunch (Orange / APA 77001) surgieron los jitazos Superman (originalmente popularizado por Herbie Mann) yOne Love, que alcanzaron difusión internacional. Pero las otras cuatro canciones incluidas en este LP, todas escritas por Pepe Luis, se bailaron hasta el cansancio en las discotecas: Closer, Closer, Hurst Me, Hurst Me, It’s Sad ySmile. Del siguiente álbum, Fly Me On the Wings of Love (APA 70002), lanzado en 1978, además del tema titular, también se colocaron en los escalafones de popularidad los tituladosHalf a Love (de Iran Koster, Teddy Randazzo & Victoria Pike) y Boomereng (de Pepe Luis) que, al igual que otro jitazo, Macho / A Real, Real One y los ya mencionados One Love y Superman también aparecería en la producción Celi Bee (CBS , 26AP 1329-TK), editada en Hong Kong para los mercados asiáticos. Blow My Mind (APA 70005), publicado en 1979, presentó las selecciones Dancin’ Nuts, It’s Love , Love Drops y Blow My Mind (de Pepe Luis); Donkey, Donkey (de Celi-Bee) y Give It to Me (de Óscar Llord). Este LP fortaleció su carrera a nivel mundial. Para entonces, ya nuestra compatriota recorría gran parte del planeta. Se asegura que, igualmente, el dinero le llovía gracias a la alta cotización de sus presentaciones. No obstante, su estrella comenzaría a apagarse a la par que la fiebre discotequera en el umbral del segundo lustro de la década de los ‘80. Y ante las nada halagadoras ventas de sus ultimas producciones discográficas, paulatinamente se fue alejando de los escenarios. Para su fortuna, supo hacer muy buenas inversiones que le permitirían vivir holgadamente tras divorciarse dePepe Luis. Desde 1985 trabajaría como profesora de Canto, voluntaria, en una escuela de niños pobres en Miami, Florida. Además de gran número de sencillos (45 rpm), su discografía incluye, entre otras recopilaciones, las tituladas Celi Bee (CBS 26AP 1329TK / 1978); Alternative Currents (Essential Media Group 942311332 / 1993); The Best of Celi Bee / For the Love if My Man (APA / Hot Productions, HTCD-32-2 / 1994); Hits Anthology (Essential Media Group 942311335) y Greatest Hits (Get Disconnected, DSC-5011 / 2008). q MLO / febrero 5, 2017.

  • Historia de Luis Aguilé y su novia habanera

    Historia de Luis Aguilé y su novia habanera (ex de Fidel Castro) que le inspiró su consagratoria balada Cuando salí de Cuba. Durantemi etapa como productor y anfitrión del programa A 45 revoluciones por minuto, que ocupaba gran parte de la tarde de los domingos en WIAC 102 FM, tuve oportunidad de entrevistar a muchos artistas internacionales que visitaban Puerto Rico para realizar presentaciones en diversos escenarios o, simplemente, a promocionar sus nuevas grabaciones. Uno muy reconocido entonces era el argentino Luis Aguilé, quien proyectaba su carrera desde España. Entre sus tantos éxitos – Julia, Juanita Banana, Pequeñísima serenata, Ven a mi casa esta Navidad, etc. – resaltaba Cuando salí de Cuba, cuyo impacto fue tan fenomenal que, en pocos años, acumuló una inmensa cantidad de versiones discográficas convirtiéndose en uno de los himnos del Exilio cubano. Naturalmente, se imponía pedirle que nos narrara la historia de la que se convirtió en su composición consagratoria. Luis Aguilé había surgido en el ambiente artístico a raíz de resultar triunfador en unn concurso televisivo de nuevos talentos llamado “Music Hall” en 1956, lo que le valió un contrato con la compañía Discos Odeón, que le editaría cinco álbumes titulados con su nombre al que se agregaba el número del volumen correspondiente. A raíz del lanzamiento del Volu men 3 en 1958, inició su proceso de internacionalización y, tras presentarse en varios países sudamericanos, llegó a Cuba a principios de 1959. Exactamente durante los días del “triunfo” de la Revolución. Su éxito en la Antilla Mayor fue tan clamoroso, que su estadía se prolongó durante casi todo el año. Emergió como el gran ídolo del momento, se presentaba en los más prestigiosos escenarios y ganaba carretadas de dinero. Incluso, consideró la posibilidad de radicar definitivamente en La Habana, donde comenzó a adquirir propiedades. Además, se enamoró de una muchacha con quien pensaba casarse. Aquella joven antes había estado invulucrada románticamente con Fidel Castro, máximo líder de la Revolución. Pero resulta que, en noviembre de aqu el año, desde España recibió una llamada de Luis «El Pollo» Arribas Castro, famosodisc-jockey en Radio Barcelona y poderoso agente de artistas– años más tarde sería el empresario que llevó a The Beatles y a Frank Sinatra a España –, quien lo invitó a participar, como una de las estrellas principales, en el FestivalPara la Juventud en el Palacio de los Deportes de la capital catalana, compartiendo cartel con sus representados José Guardiola, Gelu, el Dúo Dinámico, Los Mustangs y Los Sirex. Además le propuso hacerse cargo de impulsar su carrera. A Luis Aguilé le entusiasmaron tanto sus ofrecimientos que decidió partir rumbo a España. Así que puso en venta sus propiedades y, al mes siguiente, se dispuso a retirar del banco los $16,000 dólares que mantenía en el Banco Nacional. Pero, al intentar realizar tal gestión, se topó con la nada agradable sorpresa de que el nuevo gobierno había impuesto la prohibición de retirar dinero –especialmente dólares – para llevarlo al extranjero. Sí pudo retirar sus ahorros, pero no se le permitiría sacarlos de Cuba. Providencialmente, en el ascensor de un hotel que acostumbraba visitar se topó frente a frente con su compatriota advenido en uno de los pilares de la Revolución Cubana, Ernesto «Che» Guevara. Éste, precisamente, ocupaba el cargo de presidente del Banco Nacional de Cuba, además de presidir el Instituto Nacional de Reforma Agraria. No perdió tiempo en exponerle su problema y su urgencia de viajar a España. El «Che» locitó a su oficina. Considerando que se trataba de un compatriota, de un ídolo popular y que, incluso hasta se contaba entre sus admiradores, se mostró magnánimo con él, pe rmitiéndole salir de Cuba con $1,500. Así que, antes de emprender su viaje, se gastó poco más de $500 en festejos con amistades y, del resto de los $16,000, alegadamente entregó la mitad a su novia y repartió lo demás entre amigos muy allegados. Siempre recordaría que en la oficina del «Che» Guevara había un letrero que leía Se perdona meter la pata… pero no las manos. También, que en víspera de su partida, acompañado por un conjunto dirigido por el prestigioso Julio Gutiérrez, registró la primera grabación del que sería clásico tema La pachanga, original de Eduardo Davidson. Aunque la idea de su balada Cuando salí de Cuba latía en su mente desde hacía largo tiempo, por alguna razón Luis Aguilé no se motivaba a darle forma y terminarla de una vez. Por fin, esto acontecería durante una reunión de amigos en el hogar de uno de ellos en Madrid una noche de enero de 1967. La tarea apenas le tomó 18 minutos. Pronto la grabó y su éxito fue inmediato y contundente. Aquel mismo año numerosos artistas también grabaron el tema, siendo las versiones más difundidas las aportadas por el grupo norteamericano The Sandpipers y Los Tres Sudamericanos, de Paraguay. Como era de esperarse, durante años, numeroso s periodistas acosarían a Luis Aguilé para que revelara la identidad de la novia inspiradora de Cuando salí de Cuba, a lo cual él siempre se resistiría. Incluso, quien sería su esposa, Ana Rodríguez Ruiz, le hizo prometerle que jamás mencionaría públicamente su nombre. En 1994, el escritor español Manuel Román incluyó esta historia en su libro Canciones de nuestra viday en un escrito periodístico que trascendió a Miami. En ambos casos, no mencionó el nombre de aquella muchacha cubana, que hacía años radicaba en la llamada Capital del Sol. Se recuerda que entre medios informativos y activistas anticastristas de la ciudad generó sorpresa e indignación que la canción considerada Himno del Exilio Cubano hubiera sido inspirada en una ex novia del tirano Fidel. Sin embargo, en el interín, Mickey López Ortiz, mi compañero en la dirección de la revista Artistas, lo entrevistó las veces que visitó Puerto Rico durante el período 197 9-1982. Y siempre volvía a preguntarle sobre su añorada novia habanera. Finalmente, quizás considerando que, por la distancia, su revelación no trascendería a España o, quién sabe, para salir del paso, dejó escapar un nombre: Ángela Tatiana Fernández. q

  • Jorge Bonilla: ¿Recuerdan a «El chico de la Guitarra?

    Este cantante, guitarrista y bajista (n. en Guánica, octubre 5, 1939 – ) alcanzó cierto nivel de popularidad como exponente de la onda pop gracias a sus frecuentes presentaciones en la televisión durante los albores de la década de los ‘70. Antes había desarrollado su actividad artística en Nueva York – donde fue a radicar cuando contaba catorce años de edad – integrando trilogías que seguían el estilo establecido por Los Panchos. Sus inicios fueron integrando, como segunda voz y guitarrista acompañante, el Trío Los Melódicos, que completaban Elliut Pérez (primera voz) y Wichy Rodríguez (requinto y tercera voz), durante el período 1957–1960. Su segunda experiencia fue con el Trío Sublime, en el que era vocalista principal (1960–1963). Lo dirigía el guitarrista y segunda voz Joaquín García, mientras que Nicolás Rivera ejecutaba el requinto y hacía la tercera voz. El sello Celly Records editó par de discos sencillos a aquella formación. Su pasantía más prolongada fue con el Trío Los Sinsontes (1963–1968), completado por Willie Betancourt y Ángelo Maldonado. A ellos se les unía el timbalero Tommy Fuentes. Este trio nunca grabó. Véase fotografía que incluyo al final de esta reseña. Jorge Bonilla, cuyo nombre completo es Jorge Luis Bonilla Arce, regresó a Puerto Rico en 1968 y pronto encontró acomodo, como solista, en el centro nocturno del Hotel Meliá, de Ponce, donde alternaba con Nardy Flores y la reconocida Nydia Suoffront. Allí agotó una larga temporada. En 1970, el animador y productor Alfred D. Herger le brindó la oportunidad de ser atracción habitual del programa nuevaolero Kaledoscopio, que entonces mantenía en WAPA TV / Canal 4. Más adelante, se vinculó a los espacios de variedades que la empresa productora Alianza Artística estableció en la entonces naciente cadena Rikavisión, cuya planta matriz era WRIK TV / Canal 7. En 1971 grabó un disco sencillo con las canciones Vagabundo (de Leo Dan) y Bésame morenita (de Álvaro Dalmar). A lo largo de aquella década también se mantuvo activo en el circuito de clubes nocturnos y en fiestas patronales… ¡sin contar con el respaldo de disquera alguna! A partir de la década de los ‘80, Jorge Bonilla se dedicó a trabajar, principalmente, como acompañante de otros cantantes, por lo general, ejecutando el bajo. Desde 1988, por ejemplo, integró el conjunto que acompañaba al consagrado Felipe Rodríguez «La Voz». Igualmente, en diversos momentos ha integrado los de Felito Félix, el trovador y humorista Tavín Pumarejo y varios otros.

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